La cultura china le da mucha importancia a
la elección de nombres, tanto de personas como de empresas como de cualquier otra
cosa. En teoría, una buena elección puede suponer, o ayuda al menos, a que la suerte
acompañe al niño que nace o la empresa que se crea.
Cuando
vienes a China, es muy normal que te pidan al poco tiempo un nombre chino. No
solo es signo de querer integrarse un poco en su cultura, sino que además les
facilita mucho a la hora de querer llamarnos. Imagínense a un chino llamando
por Rodrigo…De hecho no hace falta que llegues a China para que te lo pidan,
cuando haces el visado ya hay un apartado que pone “Nombre en chino (si lo
hubiera)”.
La
adopción de nuestro nombre chino fue bastante sencilla, pues los profesores de
la escuela de chino se ofrecieron a buscarnos un nombre. Además, según nos
dijeron, uno de los profesores era experto en eso.
La
principal variable que se tiene en cuenta para ponerte un nombre chino es que,
fonéticamente, se parezca a tu nombre de origen. Así, si quieres hacerlo por tu
cuenta, la página web http://www.chino-china.com/nombres
tiene un listado largo de nombres españoles con su traducción “más estándar” al
chino. Por supuesto, no tienes por qué ponerte como nombre chino la traducción
estándar, sino que puedes cambiar algún caracter o ponerte un nombre que no
tiene nada que ver con el tuyo de origen. Va al gusto.
En
nuestro caso, el profesor no buscó la traducción más estándar de nuestros
nombres (con el mío hubiera sido una tarea difícil pues no creo que haya muchos
precedentes), sino que intentó encontrarnos alguno que tuviera algún tipo de
significado y que además fonéticamente no fueran muy distintos.
Así
que ahora me llamo 应达福 que en pinyin (algo
así como la transcripción fónetica del chino) es Ying da fu. O lo que es lo
mismo, mi nombre suena más o menos como “Intafu”. El primer carácter “Ying”
sería mi apellido y “Da fu” sería mi nombre, que significa “llegar a la buena
suerte”. Me dio opción a cambiarlo si no me gustaba, pero aunque nunca he
creído demasiado en la buena/mala suerte, al final me lo quedé y a la gente parece que no le disgusta.
Algo parecido ocurre a la inversa con los
chinos y chinas que trabajan en el ámbito internacional y se ponen, o les obligan,
a ponerse un nombre occidental. En este caso la principal causa es por
comodidad y facilitar las relaciones. A una de nuestras profesoras he intentado
llamarla alguna vez por su nombre chino y jamás me ha entendido así que más
fácil con su nombre inglés (Heidi…). En este caso no suelen buscar un nombre
que se parezca al suyo en chino, sino alguno que les suene bien, que sea de
algún famoso quizás o que signifique algo bonito. Supongo que de ahí que ya nos
hayamos encontrados con unas cuantas “Lindas” en estos dos meses.
Es muy curioso lo de tener dos nombres cuando te presentas a un chino, pues no estás seguro de cuál decirle. Además que todavía no sé pronunciar perfectamente el mío y si en vez de "Da fu" con un tono, lo digo con otro que no es, ya significa algo así como "el suertudo". Menos mal que se inventaron las tarjetas de presentación. En China están a la orden del día (no solo en el ámbito empresarial) y resuelven bastante la papeleta, pues una de las caras está en chino con tu nombre en chino y la otra cara está en inglés y tu nombre original.
Para acabar, aprovecho el post para
comentarles el caso de las marcas occidentales presenten en China y que deciden
adoptar un nombre chino. La verdad que hay algunas que han aprovechado la
oportunidad y se han puesto un nombre que les ayuda bastante, en lo que a
marketing se refiere. A mí el caso que más me gusta es el de Cola-Cao, pues
creo que difícilmente podría haber encontrado un nombre mejor que el que tiene:
高樂高.
En español “Gao Le Gao” significa “alto,
alegre, alto”, muy acorde con lo que trata de vender Cola-Cao. Aquí una foto de
nuestras provisiones en Pekín.
Otro ejemplo típico es el de Coca-Cola, en
chino traducido como “Ke Kou Ke Le” y que significaría “permitir a tu boca alegrarnos” o algo por el
estilo.
Otras marcas, en cambio, han buscado una
traducción más o menos fónetica de su nombre, como es el caso de McDonald’s, en chino 麦当劳, “Mai Dang Lao”, que aparentemente no
significa nada.
Poco
más al respecto que contar, aunque para acabar me gustaría comentarles que la escasez de fotos de los
últimos post se debe a los -5º de Pekín, que hace que uno se piense más de una
vez sacar la mano del bolsillo y de los guantes para sacar la cámara, aparte de que ir de visita turística no es recomendable estos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario