29 de octubre de 2012

21 días aprendiendo chino


Hoy hace 21 días que empezamos a ir a clases de chino, así que toca hacer balance.

Estas tres primeras semanas hemos ido a clase a un hutong pekinés. Un hutong es una callejuela típica china del centro de Pekín. Las casas de los hutong se caracterizan por tener un patio interior abierto, de forma cuadrada, que comunica a las diferentes partes de la casa. En este estábamos cerca del centro y hemos estado bastante bien allí, aunque también hay que decir que en la clase hacía un frío glaciar. Aquí les dejo dos fotos, la primera de la calle donde estaba el hutong y la segunda de la academia por dentro, con el patio del que les hablo.




A partir de hoy vamos a dar clase clase en un lugar totalmente diferente. Se trata de la 15ª planta de un edificio en medio del barrio de Sanlitun (barrio de expatriados). Las vistas desde la clase son impresionantes como se puede ver en la foto de abajo. Por cierto que la tienda Adidas que está justo debajo es la más grande del mundo, con 3.170 metros cuadrados (sí, en China últimamente parece que todo es a lo grande).



Pero lo que importa, ¿qué conclusión sacamos de 3 semanas intensas de chino? La primera impresión es que hemos aprendido más que en un curso de 4 horas semanales que tuvimos en el máster el año pasado. Muchísimo más de hecho. A priori tenemos vocabulario suficiente para defendernos al coger un taxi, ir a comprar (y regatear), preguntar por alguna dirección, e incluso para contar qué tal fue el fin de semana.

El problema llega por la dichosa pronunciación. La principal dificultad, a mi parecer, para estudiar chino, es que hay muchas palabras homófonas o que se pronuncian de una manera muy parecida. Eso quiere decir que, o pronuncias de manera casi perfecta, o te entienden algo totalmente diferente a lo que quieres decir. Eso no pasa en otros idiomas como el español donde las palabras son mucho más diferentes unas de otras. Como decía mi compañero de clase y piso (Edu): “¡con tantas letras que tiene el abecedario y los jodios solo utilizan seis o siete!”. Y es totalmente cierto.

Y eso que de momento no nos hemos metido de lleno en la escritura (que aunque parezcan clases de dibujo sigue siendo escribir). Aun así, no todo es negativo, ya logramos mantener alguna conversación de tres frases con algún nativo. Aunque  cuando eso pasa se suelen venir arriba, te ven con soltura, y te sueltan una retahíla como si manejaras el chino desde pequeño. Tiempo al tiempo.

25 de octubre de 2012

Sobre precios y burbujas


Mucho se ha hablado últimamente sobre la burbuja inmobiliaria que podría estar generándose en China. Como economista que se supone que soy, y por la suerte que tengo de estar en medio del meollo, me veo obligado a escribir mi corta experiencia sobre el tema, aunque solo lleve en Pekín 3 semanas.

No pretendo hacer un estudio de mercado sobre el mercado de la vivienda, la inflación o qué hará el próximo presidente de la República. Simplemente me gustaría ilustrar la situación con ejemplos de precios entre Pekín y Madrid.

Como ya comenté en un post anterior, el precio de la vivienda en Pekín depende de la zona donde esté (como en casi todas las ciudades). Pues bien, los precios en una de las zonas más caras de Pekín son muy similares a los de un piso bien situado en Madrid centro (casi diría que más caros). Conforme la vivienda se encuentra más a las afueras, el precio se va abaratando más de lo que lo hace la vivienda en Madrid. Por tanto, podríamos concluir que los precios son similares.

He buscado algunas cifras de precio medio por metro cuadrado en ambas ciudades y no ando muy desencaminado. Mientras en Madrid el precio medio es 2.600 euros (según Fotocasa, que ya sé que no es la mejor fuente), en Pekín es 2.500 aproximadamente (Beijing Municipal Comission of Housing).

Ahora bien, ¿es todo tan caro en Pekín? Todo lo contrario. Empecemos por algo tan internacional como un menú Big Mac. Este vale en Pekín 2,85 dólares, mientras que en España debe de estar entorno a los 9. (Vale, aquel que haya oído hablar del índice Big Mac me dirá que es por una sobrevaloración del euro frente al dólar y una infravaloración del yuan, de acuerdo).

Pasemos por tanto a otro bien, el transporte público. Coger el metro en Pekín vale 25 céntimos de euro el trayecto. En Madrid ya perdí la cuenta, pero creo que mínimo un euro y poco. Además, coger el bus en Pekín creo que no llega a los 10 céntimos (aun no he pasado por esa experiencia). Pasa lo mismo con la electricidad; a mí aún no me ha llegado ninguna factura, pero me cuentan que rara vez pasa de 7-8 euros. (Nuevamente, alguien puede decir que se trata de sectores cuyos precios están controlados por el Gobierno y por eso tanta diferencia, y probablemente tendrían razón).

Pero es que hay más ejemplos, la tarifa del móvil: pagué a principios de mes algo más de 7 euros y con eso tengo internet todo el mes (aunque no me funciona, al resto de gente sí) y llevo llamando y mandando mensajes todo este tiempo. En España, una tarifa mensual mínima normalmente no baja de 15 euros. Más cosas: contratar a una persona para labores de limpieza, 2,5 euros la hora en China y 10 en España.

Ya por curiosidad, me puse a buscar productos con los que no he tenido contacto. Así, de manera rápida (y probablemente no fiable al 100%) comparé en internet los precios de un modelo particular de Volkswagen. El resultado, en España 24.000 euros y en Pekín 20.000. Aunque aquí la diferencia no es mucha, creo que comparar productos que tengan tanto componente de marketing no es muy adecuado, pues en el proceso de formación de precios hay muchas variables que pueden distorsionar la comparación (véase el ejemplo de que Zara vende alrededor de un 20% más cara en China que en España).

Así que dejando de lado tanta comparación, y teniendo en cuenta que el salario medio en Pekín he leído que no llega a los 600 euros, creo que algo falla. Los precios de las viviendas en los últimos años han subido de manera desproporcionada y la capacidad adquisitiva de la población china no puede asumir los precios actuales. Y, aunque desde hace un par de años se ha empezado a tomar medidas, nada indica que por ahora hayan tenido mucho efecto.


PD1: en el próximo post intentaré compensar la falta de fotos de este, que si todo va bien y el tiempo no lo impide, este fin de semana toca turismo por Beijing.

PD2: como adelanto, abajo les dejo la foto de la tienda de Apple más grande de toda Asia, que el día que la inauguraron pasé por allí casualmente, aunque ya estaba cerrada.


21 de octubre de 2012

Gastronomía china I


Apenas he estado dos semanas en Pekín (aunque me parece que llevo meses) y creo que ya puedo contarles algo sobre la comida china. De todas formas, conforme vaya probando cosas y formándome una idea más clara, les iré contando más.

Como bien me habían avisado, la comida china que tenemos en Europa poco tiene nada que ver a lo que te encuentras en los restaurantes de China. Para que se hagan una idea: aún no he visto ningún rollito de primavera, ni el pan de gambas típico que se sirve antes de comer. Y no me extrañaría que pase el año y no vea ninguno.

Por el contrario, algunos platos típicos que podemos encontrar en todo restaurante chino (al menos en Pekín, que esto varía enormemente de una ciudad a otra) son los siguientes.

Noodles

Los noodles son plato fijo en casi todos los restaurantes. Los preparan de mil maneras diferentes, aunque probablemente la más típica sean hervidos en una especie de sopa con verduras. Yo los probé el primer día y no están muy mal, aunque también es cierto que no he vuelto a comerlos.


Arroz

Efectivamente, el arroz es uno de los elementos básicos en toda dieta china. Las formas de prepararlo son numerosas, casi siempre con verduras, pero sigo sin ver un plato que se asemeje al arroz tres delicias. Personalmente me quedo con el arroz frito, mucho más sabroso que el normal hervido.


Dumplings

Los dumplings son una especie de bolas hervidas que se rellenan normalmente de carne y verduras. El exterior es como una masa de harina muy fina que envuelve el relleno. No es que sea lo más típico, pero lo encuentras en muchos sitios y son muy baratos; una bandeja con 10 dumping puede que no llegue al euro. Se suelen mojar con una especie de vinagre.



El picante

Evidentemente el picante no es un plato por sí solo, pero lo pongo porque sigo sorprendido con lo mucho que les gusta el picante a los chinos y lo poco que había oído al respecto antes de llegar aquí. En China cualquier plato es susceptible de llevar picante. Algunos ejemplos: un arroz con verduras a priori de lo más normal, cualquier plato de carne (normalmente aderezados con ingentes cantidades de picante) o una simple hamburguesa de pollo en el KFC (caso verídico de ayer noche). Las palabras clave en chino para evitarlo son "bú là", pero no tienen mucho efecto y es inevitable que se les escape unas guindillas o un poco de pimienta.

Aparte de esto hay mil platos típicos y muchas curiosidades que ya les iré contando en este apartado para la gastronomía china. De momento, el próximo reto, aunque no sea un plato típico, es conseguir tener el valor para probar uno de estos.




15 de octubre de 2012

Se alquila


Uno de las primeros quebraderos de cabeza al llegar a una ciudad nueva es la búsqueda de un piso. Esta no suele ser una tarea agradable en ningún lugar del mundo, y Pekín no es una excepción. Sin embargo, nosotros tuvimos relativa buena suerte, solo tardamos cuatro días.

Las dos maneras más usadas para buscar piso en Pekín son las numerosas agencias que te encuentras en la ciudad y el periódico www.thebeijinger.com. En nuestro caso, lo conseguimos a través de un anuncio en esta página.

Uno de los requisitos a la hora de elegir un piso aquí es que haya alguien, en la agencia o el propio casero, que hable inglés (no hace falta pedirle un nivel Advanced de Cambridge, basta con que se haga entender).  Nuestra “agente” cumple su función bastante bien, pues nos ha solucionado todo lo que ha podido con su inglés rudimentario.

Por cierto que nuestra primera gran anécdota en Pekín la tuvo a ella como protagonista: el segundo día que fuimos a buscar piso nos tuvo corriendo detrás de su moto para ir de un apartamento a otro por toda la ciudad. Parecía que quisiera dejarnos atrás más que alquilarnos un piso.

Respecto al precio, la principal variable que lo rige en Pekín (como en muchas grandes ciudades) es la zona. Si vives en el área de 三里屯 (Sanlitun), conocida por ser el núcleo internacional de Pekín, la relación calidad-precio es bastante mala por lo general. Según vayas saliendo de esta zona, los precios se vuelven mucho más asequibles y consigues buenos apartamentos por mucho menos precio. ¿El incoveniente? No tienes la oferta internacional de restaurantes, supermercados, tiendas y bares que tienes en Sanlitun.

Total, que nos hemos salido un poco de esa zona, hacia otra que también nos queda bien para ir a trabajar, en un piso que está bastante bien para lo que habíamos visto y ahorrando un poco cada mes. 

11 de octubre de 2012

Primeras impresiones


Hoy hace ya una semana que llegué a 北京(Pekín). Podría hablar de mil cosas que me han llamado la atención o merece la pena contar, pero trataré de abarcarlas una a una durante todo el año. Así que contaré simplemente algunas impresiones de estos siete días en la ciudad.

Una de las principales barreras para empezar a vivir en Pekín es el idioma. No porque el chino sea complicado, que también, sino porque muy poca gente habla inglés. Probablemente, los que mejor hablan inglés son los vendedores de los mercadillos, que es donde más turista hay. Ni los taxistas, ni el personal del metro, ni muchas agencias inmobiliarias entienden lo más mínimo. Bien mirado, esto puede ser más una oportunidad que una barrera, todo depende de cómo se lo plantee cada uno.

Para que se hagan una idea, esto es lo que nos encontramos en el primer restaurante/sitio de comer al que fuimos el día de nuestra llegada.



Pekín es una ciudad enorme, con 20 millones de habitantes y unas infraestructuras imponentes. El tráfico es un auténtico caos, apenas se respetan algunos semáforos de grandes cruces y los coches conviven con infinidad de bicicletas (eléctricas y de las de toda la vida). De todas formas, parece un caos organizado, pues apenas hemos visto ningún problema en una semana. Eso sí, el sonido del claxon es una constante las 24 horas del día. Por otro lado, las distancias son enormes y, lo que en el mapa parece que está al lado de tu casa, puede llevarte 40 minutos de paseo.

En la siguiente foto se ve una de las carreteras importantes de Pekín a una hora no punta.



Otro tema del que intentaré hablar más adelante es la contaminación. Espero informarme del fenómeno por el que un día (el lunes 8, por ejemplo) nos vemos envueltos en una nube de humo y contaminación que casi no deja respirar y, al día siguiente (el martes 9) amanece un cielo de lo más despejado. Aquí les dejo una foto de hoy, que hemos tenido un día relativamente despejado en ese aspecto (me costó lo suyo hacer una foto en la que no apareciera un coche).



Y poco más, por hoy, espero tener tiempo en breve para ir visitando también los puntos de interés turísticos de la ciudad y experimentar un poco más la vida diaria de la ciudad, que otra cosa no, pero intensa es y mucho.