Uno
de las primeros quebraderos de cabeza al llegar a una ciudad nueva es la
búsqueda de un piso. Esta no suele ser una tarea agradable en ningún lugar del
mundo, y Pekín no es una excepción. Sin embargo, nosotros tuvimos relativa
buena suerte, solo tardamos cuatro días.
Las
dos maneras más usadas para buscar piso en Pekín son las numerosas agencias que
te encuentras en la ciudad y el periódico www.thebeijinger.com.
En nuestro caso, lo conseguimos a través de un anuncio en esta página.
Uno
de los requisitos a la hora de elegir un piso aquí es que haya alguien, en la
agencia o el propio casero, que hable inglés (no hace falta pedirle un
nivel Advanced de Cambridge, basta con que se haga entender). Nuestra “agente” cumple su función bastante
bien, pues nos ha solucionado todo lo que ha podido con su inglés rudimentario.
Por
cierto que nuestra primera gran anécdota en Pekín la tuvo a ella como
protagonista: el segundo día que fuimos a buscar piso nos tuvo corriendo detrás
de su moto para ir de un apartamento a otro por toda la ciudad. Parecía que
quisiera dejarnos atrás más que alquilarnos un piso.
Respecto
al precio, la principal variable que lo rige en Pekín (como en muchas grandes
ciudades) es la zona. Si vives en el área de 三里屯 (Sanlitun), conocida por ser el núcleo internacional de
Pekín, la relación calidad-precio es bastante mala por lo general. Según vayas
saliendo de esta zona, los precios se vuelven mucho más asequibles y consigues
buenos apartamentos por mucho menos precio. ¿El incoveniente? No tienes la
oferta internacional de restaurantes, supermercados, tiendas y bares que tienes
en Sanlitun.
Total,
que nos hemos salido un poco de esa zona, hacia otra que también nos queda bien
para ir a trabajar, en un
piso que está bastante bien para lo que habíamos visto y ahorrando un poco cada
mes.
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