Hoy
hace 21 días que empezamos a ir a clases de chino, así que toca hacer
balance.
Estas tres primeras semanas hemos ido a clase a un hutong pekinés. Un hutong es una
callejuela típica china del centro de Pekín. Las casas de los hutong se caracterizan por tener un patio interior abierto, de forma cuadrada, que
comunica a las diferentes partes de la casa. En este estábamos cerca del centro y hemos
estado bastante bien allí, aunque también hay que decir que en la clase hacía
un frío glaciar. Aquí les dejo dos fotos, la primera de la calle donde estaba
el hutong y la segunda de la academia por dentro, con el patio del que les hablo.
A
partir de hoy vamos a dar clase clase en un lugar totalmente diferente. Se
trata de la 15ª planta de un edificio en medio del barrio de Sanlitun (barrio
de expatriados). Las vistas desde la clase son impresionantes como se puede ver
en la foto de abajo. Por cierto que la tienda Adidas que está justo debajo es
la más grande del mundo, con 3.170 metros cuadrados (sí, en China últimamente parece que todo es a lo grande).
Pero
lo que importa, ¿qué conclusión sacamos de 3 semanas intensas de chino? La
primera impresión es que hemos aprendido más que en un curso de 4 horas
semanales que tuvimos en el máster el año pasado. Muchísimo más de hecho. A priori tenemos vocabulario
suficiente para defendernos al coger un taxi, ir a comprar (y regatear),
preguntar por alguna dirección, e incluso para contar qué tal fue el fin de
semana.
El
problema llega por la dichosa pronunciación. La principal dificultad, a mi
parecer, para estudiar chino, es que hay muchas palabras homófonas o que se
pronuncian de una manera muy parecida. Eso quiere decir que, o pronuncias de
manera casi perfecta, o te entienden algo totalmente diferente a lo que quieres
decir. Eso no pasa en otros idiomas como el español donde las palabras son
mucho más diferentes unas de otras. Como decía mi compañero de clase y piso
(Edu): “¡con tantas letras que tiene el abecedario y los jodios solo utilizan seis o siete!”. Y es totalmente cierto.
Y
eso que de momento no nos hemos metido de lleno en la escritura (que aunque
parezcan clases de dibujo sigue siendo escribir). Aun así, no todo es negativo,
ya logramos mantener alguna conversación de tres frases con algún nativo.
Aunque cuando eso pasa se suelen venir
arriba, te ven con soltura, y te sueltan una retahíla como si manejaras el
chino desde pequeño. Tiempo al tiempo.
Si un chino te dice lo bien que hablas chino es que nota que eres un prinicipante... Cuando de verdad sabes hablarlo (más o menos) ya no te dicen nada. :-)
ResponderEliminarUn saludo,
. . . Francisco Javier
Tienes razón Javier! Aunque por aquí de momento no hemos llegado ni al nivel principiante, cruzamos dos frases mal puestas y ya se acaba la conversación. Pero por suerte, poco a poco se ve algún avance :) A ver si dentro de poco me dicen al menos lo bien que hablo chino jeje
ResponderEliminarUn saludo!
Idafe